jueves, 27 de febrero de 2014

Paco de Lucía, El Legado Eterno



El mundo de la música está de luto. El Gran Paco de Lucía ha fallecido de forma inopinada. La prensa escrita, hablada y visual del mundo entero se ha hecho eco simultáneamente del triste acontecimiento. Sólo tenía 66 años y algún proyecto pendiente además de vivir.

Un hombre sencillo, generoso, tímido según los que le conocieron más de cerca. A los que nos tocó conocerle a través de su música sin embargo podemos corroborarlo. Porque de ella se desprende toda la magia de un genio de las seis cuerdas flamencas.

Paco de Lucía se ha marchado el pasado miércoles dejando tras de sí una obra amplia resultado de la originalidad y creatividad que caracterizó su irrupción en el mundo flamenco. Aportó nuevas formas, virtuosismo, inmediatez y la presencia escénica que hasta entonces nunca había tenido un guitarrista acompañante de la voz principal. 

Paco de Lucía cruzaba la pierna para obtener de su guitarra el ensueño sonoro que inspiraba. Antes nunca nadie lo hizo. Paco de Lucía fue el introductor en el mundo del flamenco del cajón. Paco de Lucía improvisaba magistralmente. Paco de Lucía acercó al flamenco otros géneros como el jazz, el rock o el pop. Y diseminó la mezcolanza como una virtud musical aplicable a cualquier rincón del planeta.

Actuó y grabó con personalidades de la talla de Al Di Meola, Chick Corea, Bryan Adams o Claudio Baglioni. El corolario de figuras da una idea ya apabullante de la influencia mundial de este guitarrista algecireño. Su música cruzó todas las fronteras. Incluso llegó a embarcarse en largas giras internacionales con el propio Di Meola. Los diez años de discos y actuaciones con el también malogrado Camarón de la Isla son parte del legado cultural español. 

Especialmente querido en Japón donde lo flamenco tiene un acomodo peculiar y por supuesto especial, De Lucía abandonó hace años las largas giras alrededor del mundo por voluntad propia casi retirándose a Méjico, donde vivía con su segunda esposa y algunos de sus hijos y nietos. Sólo salía de su retiro para actuaciones puntuales o eventos en los que se le reconocía por su labor musical y como embajador del flamenco en todo el mundo. Caso del Príncipe de Asturias de las Artes con el que se le premió en 2004.

Difícil elegir una muestra musical para rubricar esta reseña sobre el Gran Paco de Lucía. Hay mucho material. Pero encontramos un disco fundamental: Fuente y Caudal (1973). Revulsivo, incluyó por primera vez un bajo eléctrico y percusiones dando un nuevo aire al flamenco. Y por supuesto una forma de tocar la guitarra genuina.

Para completar el metraje del disco De Lucía improvisó una pieza sin ensayos, Entre dos Aguas, una original rumba que resultó ser el principio de su flamenco internacional. Un éxito sin precedentes.

Hasta siempre Paco de Lucía, Maestro. 


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