domingo, 17 de noviembre de 2013

Queen Superventas



Comentar cualquier detalle sobre la histórica banda de rock Queen se me antoja arriesgado. Mil biografías, mil disecciones sobre cada uno de sus discos, mil detalles técnicos que argumentan en definitiva el nacimiento, desarrollo y posterior ocaso de estos cuatro músicos que en Londres hace más 40 años pusieron en marcha el proyecto más ambicioso de sus vidas... No es fácil.

Aún así es objetivamente acertado decir que si Freddie Mercury no hubiera estado en ella jamás habrían resultado igual de divertidos sus discos, sus giras, su quehacer ante los medios de comunicación así como el largo número de vídeos igualmente entretenidos.

Pero detrás de todo ese espectáculo multimedia, incrustante sobre todo durante los ochenta -¿qué no lo fue en esa década?-, hay cuatro músicos que en conjunto trabajaron un legado musical altamente recomendable. El guitarrista Brian May, el bajista John Deacon, el batería Roger Taylor y el vocalista Freddie Mercury construyeron un mito que todavía perdura.

No lo suficientemente rudos como para ubicarles abiertamente en la tendencia hard rock de sus comienzos, que algunos dicen inspiraron, y tampoco lo necesariamente planos como para situarlos fuera; precisamente su música eclosionó en realidad a raíz del archifamosísimo -contagiado del progresismo musical de la época- A Night At The Opera (1975). Un álbum que ya mostraba los excesos y gustos recargados de Mercury.

Desde aquí hasta el estrellato definitivo y a la comercialización masiva de su espectáculo lleno de color, fantasía con un vocalista desatado en cada interpretación había un paso. Es decir, el abandono de sus raíces hacia lo fácil y cómodo para las listas de éxitos en la arrolladora maquinaria del márketing. A veces se alargan los proyectos más de lo debido en virtud del rentable negocio.
 



Pero quiero destacar que la Banda Británica de Rock Queen jamás utilizó sintetizadores en sus discos. Es más, si se lee detenidamente en ellos aparece esta frase: Ningún sintetizador fue utilizado en este álbum. Lo llevaban muy a gala... pero solo hasta 1980. La moda, el mercado mandaban.
 
El álbum The Game de 1980 fue el primero del grupo en incluir el elemento básico de una década que al fin y a la postre los elevó al cenit del reconocimiento mundial.

El sintetizador hizo acto de presencia en los discos de los veteranos del rock británico. Algunos seguidores se quedaron por el camino pero otros muchos empezaron a amarles.

Las ventas fueron ingentes. Hasta el momento de escribir estas notas el disco supera con creces las 4 millones de copias vendidas. Y algunos de sus temas igualmente han llegado a estar en formato single en más de 7 millones de hogares por todo el mundo. Me refiero a Another One Bites The Dust. Su primer nº1 en EE.UU.

O por poner otro ejemplo el rockabilly Crazy Little Thing Called Love que junto a la anterior fueron los dos únicos nº1 de Queen en el país de la libertad. Según cuenta la leyenda el propio Mercury lo compuso en diez minutos en un baño de espuma en un hotel de Munich en las sesiones de grabación. Solo media hora necesitó para grabarlo...

En fin, a partir de aquí muchas cosas quedaron atrás de los genuinos Queen de sus comienzos.
 






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