domingo, 22 de septiembre de 2013

BONEY M, Desde Rusia con Amor



Érase que se era una vieja historia de la no menos vetusta Europa que tiene que ver con la leyenda Rusa de principios del convulso siglo XX. Aunque más tarde el 'personal' se enojó y no permitió el espectáculo completo, el acontecimiento tuvo su aquel.

A mediados de los setenta la música disco empezaba a perfilarse dando muestras ya de la eclosión que protagonizó sólo un par de años después. Fiebres varias. En Alemania un productor de nombre Frank Farian tuvo la ocurrente idea de aprovechar tamaño fenómeno musical. Grupos y solistas surgían por doquier al calor del nuevo ritmo y nuestro intrépido productor se sacó de la manga a los Boney M.

Eran estos en realidad figurantes de estudio provenientes de Jamaica y también Alemania. Conformaron un cuarteto -tres chicas y un chico- tomando la buena técnica de la que siempre hacen gala los músicos e intérpretes que aparecen siempre rubricados en letra pequeña en los créditos de los discos de las estrellonas de turno.

Farian creó en el laboratorio la banda perfecta, con la producción perfecta y el sonido perfecto para un final de década perfecto. El sorprendente sonido disco del álbum Nightflight To Venus (1978), tercero de la banda, supuso un shock del que aún se sigue hablando.


El vinilo además de éxitos indiscutibles tuvo su leyenda correspondiente. Se decía que todo era mentira y el playback funcionaba a placer. Que los miembros eran actores que daban en portada la imagen requerida para el proyecto milimétricamente orquestado por Frank Farian. Se demostró más tarde la única verdad, esto es, que se trataba de músicos e intérpretes profesionales reclutados a tal fin.

Pero hubo otra leyenda. La del mismo protagonista del tema que sigue al espectacular y soberbio inicio del disco. Me refiero a Rasputin, el consejero del Zar de Rusia Nicolás II que ostentó incluso más relevancia política que el propio Zar debido a sus cuitas políticas y sociales que terminaron costándole la vida. Se le llegó a atribuir ciertos amoríos con la mujer del  propio Zar. Murió asesinado.

La canción de los Boney M narraba el devenir de Grigori Rasputin hasta el momento de su trágica muerte. Tema y grupo se hicieron muy populares en Rusia. Tanto que fueron la primera banda del oeste en conseguir el permiso directo nada menos que de Leonid Breschnew, Secretario General de la Unión Soviética Comunista, para actuar en Moscú diez noches en diciembre de 1978. Pero se les prohibió incluir en su espectáculo el mencionado tema dedicado al excéntrico Rasputin.

No todo termina siendo absolutamente perfecto. Disfruta del vídeo, merece la pena recordar a los más genuinos Boney M en acción.





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