martes, 18 de mayo de 2010

El Placer de Cantar


Dice un proverbio oriental que si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Y no le falta su cuota de verdad al dicho, que para esto de la filosofía aplicada al alma humana estos chicos que crecen como la espuma allá por el Oriente saben un poco.

Esto aplicado a la música tiene su aquel. Sí, porque la técnica que hoy en día se utiliza en el estudio de grabación o mismamente en una sala de conciertos con unidades móviles que más que itinerantes son mastodónticas infraestructuras sónicas ancladas al lugar en cuestión... como que no terminan de dar el 'do' de pecho.

Me refiero a que todo se esconde tras magníficas, impolutas e impecables grabaciones digitales con una excelencia cuántica binaria que el tipo del chelo cuando hace su solo pareciera que te respirara cerca del oído. Bien, muy bonito todo... pero demasiado limpio, sin emoción. No digo yo que se graben las cosas a la antigua usanza bajo bóveda y una sola toma, no. Pero sí un poco de naturalidad por favor.

Me ha pasado con el último trabajo por ahora de la canadiense Celine Dion que después de nueve largos años ha vuelto a los escenarios colgando el no hay billetes. La ocasión lo merece y ahí va el derroche de medios y multimedia. Disco CD incluido, más DVD y tres horas de un documental tipo séptimo arte donde se muestra a la diva delante y detrás del micro.

Celine tiene una voz portentosa. No la voy yo a descubrir ahora. Pero a veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Echo en falta, de verdad, además de a mi amor, pero ese es ya otro tema, la sencillez y candidez de los primeros años de cualquiera que se precie en esto de la música.

Deja a un lado el histrionismo neosónico y disfruta un ratito de una voz dulce y en francés de la Dion en un incunable. Billy se llama. Y como de sencillez va la cosa no añado nada más. Ahí te lo dejo.


domingo, 16 de mayo de 2010

John Paul Young, Enamorado al Viento


Aunque en 2006 publicó un disco desde su Australia de adopción a John Paul Young, natural de Escocia, siempre se le recordará por el fruto extendido a medio mundo en 1978 bajo el nombre Love Is In The Air.

Ésta es una composición fiel a la tendencia musical de su tiempo. Estamos en la segunda mitad de los 70. Plena era disco de fiebres varias en el tiempo mágico del sábado por la noche. JP Young venía de participar en la opera rock Jesucristo Superstar en su producción australiana. También de tener éxito como vocalista en una olvidada banda de rock.

Después de éxitos importantes como solista en Australia y con eco en Europa y EE.UU no sería hasta el inolvidable 1978 cuando llegó a conseguir el reconocimiento mundial definitivo con el tema disco El Amor Está en el Aire.



Llevado a cabo por los productores de la banda de hard rock AC/DC la canción con la base bailonga del momento era tremendamente sencilla pero irradiaba un optimismo al que era imposible resistirse.

Con el tiempo el propio John Paul Young confesó que el éxito se debía a las indicaciones de su productor mientras trabajaba en el estudio de grabación. Éste le insistía en que debía cantarla como si estuviera manteniendo una conversación... De cualquier forma y colocando en su justa medida las dotes vocales de JP Young el consejo funcionó.

El éxito continuó indisolublemente emparejado a Love Is In The Air hasta más o menos 1983 en que su estrella empezó a decaer. Se dedicó una temporada a la radio como DJ. Y en 1992 el cine le rescató del relativo anonimato proponiéndole una revisión de la canción para la película Strictly Ballroom. De nuevo triunfó. En 2006 publicó disco pero apenas sin repercusión.

Al rescate de instantáneas de un pasado que para muchos sigue siendo mejor. Tengo mis dudas pero en cualquier caso es verdad que son momentos irrepetibles. Te propongo la reaparición de JP Young en 1992 con el siguiente vídeo.


domingo, 9 de mayo de 2010

Patsy Cline, Abriendo Camino


Es cuestión de gustos. Ese libro está incompleto y bueno es que de vez en cuando vayamos añadiéndole capítulos. En la época en que esta diva de la música popular de EE.UU desplegaba todo su encanto eran muy poquitas las mujeres que habían logrado abrirse paso en este estilo tan masculinizado.

El country era terreno vedado para ellas. Pero no contaban con el encanto de Brenda Lee, orientada más bien a un público joven, y el de Patsy Cline hacia un público más adulto. La de Virginia murió muy joven, sólo 30 años (en 1963) pero consiguió convertirse en tan corto espacio de tiempo en una de las más grandes cantantes de la música country.

Pronto consiguió su primer contrato. Ella venía de hacer una música más bien rockabilly pero no terminaba de cuajar, no gustaba. Aunque su voz sobria y con pegada prometía. Había que buscar una salida a ese potencial.

Y es aquí donde la música encuentra sus mayores retos. Enfrentarse a la personalidad de voces como la de Cline. Y surge una tendencia que en la actualidad perdura. Patsy acertó añadiendo a esas composiciones polvorientas arreglos de cuerda y coros, consiguiendo dulces melodías. Seguro que lo has captado... Efectivamente, el country con tendencia al pop. O como algunos sesudos críticos lo denominaron, la Urbanización del Country.

Esto ocurrió a partir de los años sesenta. Se rodeó de un grupo de coristas, Los Jordanaires y Patsy Cline comenzó a desgranar sus románticas melodías laceradas por el desamor en canciones inolvidables como She's Got You (1961), Why He Can't Be You (1962), Walkin' After Midnight (1961) y la inconmensurable Crazy (1961) que compuso Willie Nelson.

Crazy es una hermosa melodía de amor que cierra tras de sí el trágico destino que dos años después le aguardaba en un aciago accidente de avión.

Unos días antes de la grabación en 1961 Patsy había sufrido un accidente de coche que le había dañado cuatro costillas. Imposible en el estudio en esas circunstancias dar las notas que necesitaba el tema. Hasta cuatro horas continuadas para conseguir la grabación, que en la época era muchísimo tiempo. Patsy Cline declinó finalmente grabarla y decidió marcharse a casa a descansar. Los músicos se adelantaron y dos semanas después ella sólo tuvo que poner la voz y en una sola toma.

La canción se convirtió en uno de sus mayores éxitos. A continuación puedes disfrutarla tal cual en una grabación en vivo y también en la versión estudio.





domingo, 2 de mayo de 2010

Efemérides Musicando & Cia.


Este rostro seguramente nos os sonará demasiado y no hagas trampas que justo al lado de la imagen tienes los datos.

Se trata del vocalista de la banda mítica de hard rock los Foreigner, fundada por el guitarrista Mick Jones. Lou Gramm nació en Nueva York hace justo hoy 60 años. El sexagenario ingresó en ella en 1976 después de haber participado como batería y vocalista en los Black Sheep.

Fue distinguido como uno de los grandes intérpretes del rock a raíz de la mundialmente conocida balada de 1984 I Want To Know What Love Is en la que Lou da la talla interpretativa contribuyendo a elevar la canción al número uno. Más abajo te dejo el vídeo.

Tienes más datos en su web oficial: http://www.lougramm.com

¡¡Felicidades Lou!!


Canciones Con Historia, Qué Maravilloso Mundo

 
 

Como bálsamos que reparan cualquier anomalía del comportamiento y del alma. Esa música que efectivamente amansa a las fieras más difíciles. Y es eso lo que debieron pensar el productor de jazz clásico Bob Thiele y el letrista George David Weiss al crear What A Wonderful World.

Compuesta en 1967 la ofrecieron inicialmente al crooner Tony Bennett que la rechazó (aunque llegó a cantarla años después, en 2002). El custodio final fue el trompetista de jazz e intérprete ocasional Louis Armstrong que la grabó por primera vez en 1968.

Pero hubo un contratiempo más. La canción no fue del agrado del director de la discográfica ABC Records por lo que no gozó de la promoción suficiente. Siquiera llegó a superar las mil copias en ventas.

Sin embargo al publicarse en el Reino Unido el resultado fue bien distinto. Arrasó. Llegó al número uno de las listas de éxitos y se convirtió en el icono que en la actualidad es. En 1971 con la muerte de Louis Armstrong volvió a publicarse en EE.UU. Esta vez sí cosechó el éxito absoluto.
 



Tras infinidad de versiones y sobre todo tras su inclusión en la banda sonora de la película de Barry Levinson Goodmorning Vietnan (1987) protagonizada por Robin Williams, What A Wonderful World obtuvo una difusión mundial de la que sigue disfrutando como referente social.

No olvidemos que el tema está compuesto en clave optimista tomando como eje la esperanza de un mundo mejor, de los bebés de hoy que lo heredarán mañana entre arcoíris multicolor y amantes abrazados en un eterno te quiero... Todo ello en los convulsos años sesenta estadounidenses con interminables conflictos raciales.
 
Canciones con mucha historia.

A continuación la versión original del trompetista de Nueva Orleans Louis Armstrong y una deliciosa versión de Rod Stewart en directo en el Royal Albert Hall.
 
Como broche final un espléndido y entrañable dúo que Katie Melua realizó en 2007 con Eva Cassidy y además en clave de Jazz. Muy recomendable.



 

sábado, 1 de mayo de 2010

Sorpresas Te Da La Vida


En alguna ocasión en este mismo blog hemos hablado de los famosos crooners americanos tipo Dean Martin, Sammy Davis Jr., Fran Sinatra o Tony Bennett y el recientemente añadido Michael Bublée en Canadá. Pero en España los tenemos y bien atractivos.

Por mis oídos a lo largo del día pasa mucha música. Lo escucho casi todo porque por muy malas esperanzas de futuro que un intérprete pudiera tener a priori la experiencia siempre me ha demostrado que allí donde menos lo esperas surge la sorpresa.

Como cantaba la mítica y veterana banda de salsa catalana Orquesta Platería parafraseando a Rubén Blades, 'La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida'. Y que se lo digan a ella misma que nació sólo para hacer una actuación puntual en 1974 y después disolverse y en la actualidad siguen dando guerra.

Me ha pasado. Sí, 'Cuando naces para martillo, del cielo te caen los clavos'. En uno de esos discos de los que esperas sólo una correcta ejecución de la banda y similar cadencia en la interpretación, más de lo mismo, de pronto un oasis en el desierto. El de Sabadell Sergio Dalma ha dado en la diana. Una obra maestra de la música ligera.

En su álbum Trece, décimo tercero de su carrera, en un rinconcito hay una joya que debiera haber gozado de una mejor disposición en el enumerado de temas. Es el octavo y quiero pensar que un guiño, porque sin complejo alguno bien pudiera ser la octava maravilla del mundo. La cancioncita de marras se llama Me Cansé.

No quepo en mi asombro. Su voz como nunca antes la escuché, madura, matizada, latinamente rasgada como siempre pero aquí con una intensidad inusual. Y todo ello, y aquí es donde yo muero, en un perfecto estilo soul y blues puramente genuino.

Enhorabuena Sergio. Y si alguien cercano a ti tiene acceso a este blog que te transmita mi deseo de seguir oyéndete en este registro de Me Cansé en futuros trabajos.