jueves, 29 de abril de 2010

Ten Sharp, 'You'



Al rescate de aquellas bellas canciones que lejos de olvidarse siguen enamorando a nuevas generaciones. Esas composiciones que trascienden a sus creadores e intérpretes. Sencillas pero intensas, como siempre defendemos desde este blog.

Hablamos hoy de una banda, un dúo en realidad de holandeses que tuvo unos inicios difíciles. Su música basada en la bien timbrada voz de Marcel Kapteijn y el teclista Niels Hermes da lugar a elegantes y atractivas canciones.

Es lo que debieron ver los ejecutivos de la ya desaparecida CBS Records a mediados de los 80 cuando decidieron grabarles algunas de ellas. Pero la cosa no funcionó y se dedicaron a componer para otros.

Pero he aquí que la refundada discográfica ahora llamada Sony Music quedó atónita cuando al mirar su catálogo europeo descubrió un conjunto de maquetas que no llegaban a comprender por qué no se habían producido y publicado. Y es que entre ellas se encontraba You, la joya de la corona de Ten Sharp, nombre artístico de los dos músicos.




Se incluyó en un álbum con nueve canciones más llamado Under The Waterline (1991). Se iniciaba con el mencionado You, y ya su impronta embriagaba el resto del disco. Fue nº1 en toda Europa y más allá del continente también triunfó aunque algo menos.

El dúo se hizo muy popular, actuó mucho en directo en pequeños y grandes lugares. Siguieron grabando pero su estrella se fue apagando excepto por esa luz rutilante de You que en la actualidad lleva vendidas 18 millones de copias, con dos nuevas versiones que grabaron en 2009, una acústica y otra una revisión.


miércoles, 28 de abril de 2010

Una de cine Clásico y Sin Nombre

A veces es injusta la industria del entretenimiento, entertaiment como dicen los yanquis. Después de algunos años me he podido dar el placer, sí, el placer, de volver a visionar uno de los grandes clásicos del género del western... Vayamos por partes.

La cinta de 1969 está basada en un musical de Broadway que tuvo un éxito importante. Rápidamente las cabezas pensantes del celuloide decidieron que sería bueno seguir rentabilizando la obra teatral del pianista estadounidense de origen alemán Frederick Loewe que por entonces formaba tándem con el también compositor Alan Jay Lerner.

A tal fin se contrató a un escritor, actor y director de teatro de Texas de nombre Joshua Logan. Éste ya había obtenido dos buenos reconocimientos en su carrera como son los Premios Pulitzer y Tony en 1950 por la obra South Pacific, además de dirigir un guión de Jack Lemmon en 1955 en Escala en Hawai que le supuso a Lemmon su primer Óscar como guionista.

Por otro lado y para los papeles principales se eligieron dos figuras de talla que hoy sabemos lo es uno de ellos, me refiero a Clint Eastwood y el que ya desde aquel lejano 1969 lo era, Lee Marvin.

Lo que allí surgió fue una suerte de musical combinado con la comedia, el western y dos figuras claves del cine de toda la vida caracterizando a sendos colonos que por el azar se conocen entablando una amistad que desemboca en mil aventuras y desventuras en un lugar donde el oro florece. Allí, atraídos por la posibilidad de prosperar en la vida acuden los legendarios buscadores del preciado metal en la segunda mitad del XIX en la joven nación del norte de América.


Y nace una ciudad de la nada. La típica 'urbe' espontánea en la que rápidamente se dan cita gentes de distinta calaña para hacer su agosto. Una ciudad con todas sus virtudes y defectos propios de aquel entonces y de la actualidad, por desgracia.

En clave de comedia y sin abusar del género musical brilla sobre todo Lee Marvin que da vida a un bohemio errante bordando un papel cómico como nunca antes y después hizo. Merece la pena ver la película sólo por él.

Y dicho y hecho, fue el único premio que obtuvo La Leyenda de la Ciudad Sin Nombre que es como se llamó aquí, un Fotogramas de Plata en 1970 al mejor intérprete de cine extranjero. Mereció mucho más.

He elegido un fragmento de Paint Your Wagon, su título original, que al fin y al cabo quedó para la posteridad. Los propios protagonistas principales cantaron algunas piezas de este atípico western con vocación de musical. La más recordada es la de Lee Marvin interpretando Wand'rin' Star (Estrella Errante), una obra maestra de la música para el Séptimo Arte. Y a continuación Eastwood dejando clara su ya inclinación hacia el swing y el jazz en una interpretación más que respetable de Gold Fever (La Fiebre del Oro).




domingo, 25 de abril de 2010

Los Wings de Paul McCartney


Vuelvo del retiro espiritual que de vez en cuando la vida nos impone. Suele salirse de él fortalecido, con nuevas perspectivas habiendo dejado lo superfluo a un lado. Lo que realmente importa es lo que va tomando su sitio, ese que nunca debió abandonar. Así que con una nueva actitud ante la vida, en realidad la misma no nos engañemos sólo que el lastre va más ligero, sigo buscando música.

Algo parecido debieron experimentar los Beatles en aquella época de los sesenta cuando se marcharon a la India y volvieron imbuidos de toda la carga trascendental del pensamiento oriental. Algo les cambió. Porque cuando decidieron disolver el grupo en 1970 tras desavenencias nunca confesadas abiertamente algunos como George Harrison continuaron esa senda del karma hindú.

Lo de Paul McCartney fue otra historia. Parece que debió dejarse allí parte de su inspiración. Aún cuando el tándem Lennon/McCartney funcionó a las mil maravillas, y la historia está ahí para demostrarlo, en solitario no lo hizo tanto.

Pronto aparecieron las dudas sobre quién en verdad era el auténtico hacedor de tan buenos temas, sencillos pero impactantes por revulsivos en una época que sin ellos no hubiera sido tan próspera. Y no quiero rubricar aquí una relación escrita de grandiosos éxitos tan breves en metraje como largos, largos en el tiempo.

Era evidente, por más que se esforzaran después en desmentirlo, que las chispas saltaban entre ambos. Ni Yoko Ono terminó de convencer al resto del grupo, ni a su vez el grupo guardaba buenas esperanzas para el mismo habida cuenta de la influencia que ésta ejercía en Lennon.

Tanto es así que la rivalidad personal pasó al plano profesional una vez más. En una ocasión John afirmó sobre la música de Paul que "sólo componía canciones tontas de amor". Dicho y hecho. Me explico.

Entre tanto la prensa reprochaba a McCartney la incorporación a los Wings de su mujer Linda -no así la de Denny Laine ex-guitarra de los Moody Blues- y paralelamente John aprovechaba para lanzar arengas al ex-beatles, ya no cabía esperar otra cosa que la reacción contundente de McCartney. Y llegó. Utilizó su mejor artillería, el pentagrama, su bajo histórico y las listas de éxitos.



En 1976 se sacó de la manga su quinto disco Wings At The Speed Sounds. En él había un tema espléndido para el éxito inmediato, Silly Love Songs. La crítica diría que era más de lo mismo de un McCartney falto de inspiración. Los que domináis el inglés ya habréis dado con la ironía del mismo. Exacto, Canciones de Amor Tontas.

Sólo ocurrió que el temita de marras llegó a ser rotundo nº1 en EE.UU. En Gran Bretaña quedó a un sólo paso de la gloria total, pero que tampoco empaña el éxito porque se aupó hasta el nº2. En él el bajo de McCartney se hace notar y le estructura básica gira en torno a un sonido que empezaba a tomar cuerpo años después, y de qué manera, me refiero a la música disco.

Y abrió camino porque otros clásicos como el bueno de Rod Stewart se atrevió con el procaz Da Ya Think I'm Sexy? y tampoco le fue mal. Y vete rápidamente al Miss You de los Rolling Stones a ver cómo suena.

En fin, cosas de la música que de vez en cuando gusta recordar. Disfruta el siguiente vídeo de Silly Love Songs que es una revisión posterior del tema. Ahora que sabes la trastienda seguro que le encuentras otro atractivo. El siguiente es una actuación en vivo de otro éxito del álbum, Let 'Em In.