martes, 22 de septiembre de 2009

Antony & The Johnsons




Cuando David Bowie durante los setenta decidió llamar la atención travistiéndose, o por utilizar un eufemismo, exponiéndose al mundo tras la ambigüedad de su imagen en portadas de discos y conciertos, también en su vida pública, nos parecía llamativo. Y funcionó porque además valía la pena ir más allá y escuchar sus discos.

Anteriormente la diva del soul británica Dusty Springfield se declaró ambiguamente sexuada y eso le reportó multitud de críticas y éxitos a la vez

Lou Reed aunque más definido tampoco impidió cierto aroma similar en su persona. Quizá porque Bowie le produjo algún disco muy bueno. Más tarde continuó eso de la imagen bipolar con Boy George de la Culture Club, la banda británica de pop sintetizado. Son sólo unos ejemplos de entonces.

En la actualidad esto ya nos parece muy normal. Vamos, de andar por casa. Tanto es así que el travestismo es cotidiano entre grupos y solistas cuando no abiertamente declaran su condición sexual diferente a la que la naturaleza les otorgó al menos por su apariencia física. Y por desgracia emulan mal a sus mayores sólo consiguiendo el escándalo deseado para aumentar ventas de discos fatuos de pop inflado por el márketing.

Hay una formación que en realidad pivota alrededor de su líder Antony Hegarty -natural de Chichester, Reino Unido pero neoyorquino de adopción- llamada Antony & The Johnsons, debutantes en 1998, en la que éste expresa abiertamente su transexualidad y ni falta que hacía. Sólo con su voz hipnótica y una buena ejecución al piano consigue piezas memorables de un gusto cercano al jazz y al soul.

No es apto para todos los públicos y sus discos requieren de ritual previo a la escucha para facilitar el tránsito al ambiente etéreo que proporcionan. Olvídate de listas de éxitos y demás adornos. Aunque algún tema llamó la atención para ellas, esta es música con letras mayúsculas y nada más.

En su segundo disco I Am A Bird Now (2005) no por casualidad aparecen colaborando sus ídolos de juventud Lou Reed y Boy George y saltó a la fama a través del tema supergalardonado que te dejo a continuación en una magistral interpretación en vivo.



sábado, 12 de septiembre de 2009

Viejos Vinilos, Genesis




Curioseaba yo por entre valoraciones que críticos sesudos en esto de la música habían hecho sobre una parte de mis joyas más preciadas. Estás al corriente de que en estos días remuevo mi discoteca y así de paso se airea un poco.

Siempre tengo la impresión que se somete al disco a análisis con asepsia excesiva, bajo potentes focos y manos que se frotan tras una sonrisa ladeada como la de antaño Humphrey Bogart buscando el error. Y sinceramente la música es más amable que todo eso.

Pero de entre todas esas opiniones siempre hay algo por lo que por fin dices: ¡aleluya, este crítico lo ha captado!. Y es cierto en este disco que me ocupa de Genesis... Haz la prueba. Olvídate que son ellos y de pronto ponte a ver y escuchar el vídeo de más abajo.

¿Lo notas?. Exacto. Phil Collins atravesaba por su mejor momento en solitario y en ese disco se rompió la maldición que pendía sobre Genesis que decía que jamás volverían a reunirse. Y da la impresión que nunca lo hicieron. Parece que el disco estuviera trabajado a mayor gloria de Collins pasando la banda a un segundo plano.

Sintetizadores más bien programados que ejecutados por el teclista Tony Banks, percusiones electrónicas que abundaron mucho en discos de Collins y canciones potentes pero sencillas, todo lo contrario a otros tiempos de la banda británica. Hay mucho pop.

Pero con todo, el disco fue de los más importantes en el éxito del grupo... ¿de Phil Collins?. Por donde lo tomes tiene algo bueno que escuchar. Ahí te dejo el vídeo del tema que le da nombre, Invisble Touch -¿no iría con segundas?- y la balada In Too Deep en la que se luce el vocalista/percusionista.




viernes, 4 de septiembre de 2009

Viejos Vinilos, Bangles




A veces tenemos la tendencia a obviar ciertas músicas por el hecho que en su momento ocuparon los puestos ilustres de las listas de ventas más prestigiosas. 'Listas - de - Ventas', palabras estigmatizadas. Pero en honor a la verdad no siempre hay que huir de ellas despavoridos como alma que corre el diablo.

Verás, estos días de asueto he tenido tiempo de desempolvar viejos vinilos. Y entre ellos uno de una banda femenina de los ochenta, de las primeras junto a The Go-Go's, que coparon poco después de su debut la atención mundial, The Bangles.

A pesar de la aparente comercialidad de sus temas este cuarteto femenino de Los Angeles de California dejaron hitos musicales que se convirtieron en himnos de toda una generación. Después te dejaré alguno de ellos.

Mi disco, viejo vinilo apenas mancillado por otro giradiscos que no fuera mi entrañable Technics de cápsula Shure, empezó de pronto a reproducir un sonido que a pesar de estar facturado en plenos ochenta rezumaba un cierto aire a aquellos gloriosos, también hoy, The Mamas & The Papas, The Byrds, etc.

Así era. Ellas habían crecido con la música de sus mayores a base de bien y a pesar del aire pop elegantoso no olvidaron de incluir guitarras a la antigua usanza dejando impreso en cada surco el aroma de los sesenta.

El disco publicado en 1986 se llamaba Different Light y era el segundo de su carrera. Nada más empezar entrábamos en el universo Prince. Sí, porque este hombre había quedado prendado con ellas, que por entonces llevaban en activo un lustro, y se ofreció a componerles el tema que abre el álbum, Maniac Monday, nº2 en EE.UU.

A parte de joyas como September Gurls o If She Knew What She Wants de pronto el escándalo. Entiéndase en el mejor sentido. La industria discográfica eclosionó y el público quedó rendido ante Walk Like An Egyptian. Guitarrazos incluidos las chicas se convirtieron en el centro de atención llegando al nº1 en ventas.

Pero lo que tiene el éxito. Las hermanas Peterson, Debbi y Vicky, a la sazón fundadoras del grupo y la principal vocalista Susanna Hoffs, que conformaban la formación original cayeron en eso tan manido en la música y en general, el conflicto de pareceres.

Luego algún disco más como el éxito Eternal Flame. Pero Hoffs ya quería marcharse, iniciar carrera en solitario... y hasta hoy con reuniones eventuales. Pero nos queda ese viejo vinilo que, desengáñate suena mejor que la posterior edición digital en cd, con el que seguir disfrutando de ellas como si el tiempo se hubiera detenido por un instante.