sábado, 28 de febrero de 2009

Fetiches

Esos objetos de deseo que hacen honor a su contenido. Pueden ser de muy variada índole y siempre en relación directa a alguna obsesión, excentricidad o ganas de emplear el tiempo en nada... Sólo para malgastarlo, pero incluso para eso hace falta disponer de él; ¡lástima, qué disyuntiva!.

Si además resulta que pertenecieron a cualquiera de nuestros álter ego entonces la cosa adquiere unas dimensiones descomunales. Y si nuestros ídolos son cualquiera de los llamados Multimedia del mundo del espectáculo entonces el ser más primario que anida en nosotros (y no es un pajarraco) emprende el vuelo y luego pasa lo que viene a continuación.

¿Cuánto pagarías por una foto de Madonna?, por ejemplo. Nada, ¿verdad?. Tecleas su nombre en cualquier buscador y de repente un millar de ellas inundan la pantalla. Para que una instantánea cumpla el requisito fetichista debe tener algún elemento diferenciador. Por ejemplo una sesión fotográfica nunca vista antes -creo que se las llama inéditas-, que sea robada periodísticamente hablando o que aparezca desnuda como ni siquiera a su protagonista le gustaría verse jamás.

Pues ha ocurrido. El pasado mes la casa de subastas Christies ha hecho lo propio con una fotito de la diva del pop como su madre la trajo al mundo. Es un posado para una escuela de arte en los años de su juventud. Un fan, entiendo que aburrido y millonario, la ha comprado por nada menos que 23.000 euros.

Por decoro no voy a reproducirla aquí completa. Aunque tienes datos suficientes en este artículo para localizarla.

He de reconocer que siempre me consideré un tipo raro porque dedicaba mi tiempo a hacer la colección completa de caras b de los vinilos de 45 de Neil Diamond de los años 60 pero... En fin, así está el mundo.

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