sábado, 30 de agosto de 2008

Belleza plastificada lista para llevar

Definitivamente he terminado por aficionarme al cine de animación. Sé que a drede los jóvenes son jóvenes, los de más edad la aparentan y al final, increible, la naturalidad se impone a tiro de onda respecto del cine de carne y hueso.

No puedo más. ¡Oh, qué guapa!, ¡qué madurez tan bella!. Destierra estos elogios enamorados del actor o actriz de turno para mejores tiempos. Es imposible. Y a cada cosa su nombre. No hablo de la edad mental -que a algunos habría que ponérsela en cuarentena también-, sino, la física. Mira, es que no me va a convencer nadie, porque parecen clones. Ni siquiera se respeta la personalidad. Es como una factoría de rejuvenecimiento.

¿Has visto a Michael Douglas y Robert Redford?. Hasta dónde yo sé no son parientes ni de lejos. Bueno, pues ahora son iguales. ¡Le releche!

De algunos se sabe además porque es imposible que parezcan más jóvenes que los que siendo niños ya les veían hacer acrobacias en la gran pantalla o en televisión. Imposible pues que descumplan años. De otros es que cuando te enamoras de su impronta en la pantalla resulta que tiras de hemeroteca y alguna fotito, traviesilla ella, canta como los ruiseñores: retoques traidores . ¡Y el mito se te viene al suelo!.

Connie Nielsen, que está estupenda en "Gladiator" de Ridley Scott, te enteras después que ya no es lo que era. El bisturí adulteró su belleza natural. Y mi querida y entrañable Meg Ryan, para comérsela en "Ciudad de Ángeles", últimamente exhibe una sonrisa que... algo le falta. Y no me atrevo a dar más nombres porque sencillamente ya no me creo nada de lo que veo.

La factoría "aparente 15" hace estragos en el mundillo del espectáculo. La fuerza interpretativa ha perdido mucho a fuerza de caras que sólo expresan tirantez y estreñimiento socavando la credibilidad del respetable. Por eso ahora cuando me preguntan si me parece guapa tal o cual actriz sencillamente me encojo de hombros. Es que no lo sé. El plástico y el bisturí nunca han sido santo de mi devoción.

Pero en el desierto un oasis. Sigo enamorado de Anne Bancroft. Los surcos del tiempo en el rostro reflejan una bella madurez a prueba de cualquier quirófano. No ha pasado el examen "plástico", por eso me gusta. Y Diane Lane espero que reciba saludable y sin bandejas el paso del tiempo.

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